jueves, 23 de abril de 2009

Especial día del libro: Raymond Carver.

Raymond Carver fue un escritor estadounidense que tuvo una vida difícil. Cambió su residencia habitual tantas veces como de mal remuneradas ocupaciones laborales que nunca le permitieron salir de la pobreza. Esta situación mantenida en el tiempo, una gran carga familiar y un matrimonio destrozado le llevaron, como a su padre, al alcohol. Al parecer, sólo permaneció sobrio los últimos diez años de su vida. Su gran atracción por la literatura y la necesidad de contar historias le llevó a escribir y, como él mismo explicara en alguna ocasión, su falta de atención y de tiempo hicieron que se decantase por la poesía y en especial por el cuento, formándose para ello durante tres años bajo la tutela de un escritor. Con él nacería el realismo sucio, una técnica narrativa que consiste en contar cosas cotidianas prescindiendo de recursos estilísticos innecesarios. Así, se dedicó a contar dramas y catástrofes personales silenciosas de la gente más común, retratando a anónimos perdedores de una sociedad que parece haberse olvidado de ellos: desempleados, alcohólicos, divorciados, seres solitarios que sentados frente al televisor evitan mirar en su interior para no descubrir que no son más sombras cargadas de desesperanza. Comparado con el maestro Chejov, fue finalmente reconocido con importantes premios monetarios que le permitieron una nueva vida los últimos diez años de su vida.
Los cuentos de Raymond Carver conmueven, te conectan con una realidad que reconoces, te hacen sentir de verdad y en muchas ocasiones la historia acaba sin un final que aceptarás sin protestar porque entenderás que es la mejor manera de acabar.
Sus cuentos llegaron al cine de la mano de Robert Altman, que tras leerle, los guionizó e hilvanó varias historias de manera que entrecruzó personajes de unas a otras, en una película que tituló Short Cuts. El libro lo puedes encontrar bajo el título de Vidas Cruzadas, en Anagrama.
Si he recomendado fervientemente algún que otro escritor, lo hago con especial energía esta vez. No puedes seguir caminando por la vida sin leer algo de Raymond Carver. Te conmoverá. Y te gustará.
Y me cuentas.

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