sábado, 27 de septiembre de 2008

... ¿buscas empleo?

Se precisan personas soñadoras con capacidad para andar por las nubes.
Buena remuneración. Se valorará experiencia.
Abstenerse realistas.

lunes, 8 de septiembre de 2008

mira... Mi padre.


Salto generacional, abismo con puentes colgantes, vértigo sentimental.
Si le véis por la calle, decidle que está en la red. Sabrá reconocerse.
Foto de mi padre, de verdad.

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿conoces?... El movimiento slow.

Este movimiento surge a mediados de los ochenta tras la apertura de un establecimiento de cómida rápida en una tradicional plaza italiana llena de encanto. Fue la irrupción estruendosa del fast food en un rinconcito bello y tranquilo donde la gente hablaba y reposaba la bebida en su mano al aire libre rodeado de piedras llenas de historia. Recuerdo por esa época que a través de algún telediario me llegó la palabra estrés, un término que habían acuñado los psiquiatras americanos que definían una situación personal, laboral y de vida acelerada, y que aquí entendimos como otra de las muchas excentricidades a las que nos acostumbran y que afectaban a esa gente que andaba por las calles de Nueva York bajo la mirada de los rascacielos. Muchos años después, lo cierto es que vivimos rindiendo culto a una velocidad desaforada que no nos hace llegar antes a ningún sitio ni nos hace mejores en ningún caso, sin que el paisaje haya cambiado ni tan siquiera en la altura de nuestros edificios.

Lo que la filosofía del movimiento slow reivindica no es la lentitud, sino el talento para ser lento cuando se pueda. El enfoque de este movimiento, por lo tanto, está en ser selectivos en la actuación, y en ser plenamente conscientes de cómo invertimos nuestro tiempo.

Al menos pone una nota de atención sobre algo que hemos incorporado en nuestra vida -el estrés- sin que nadie nos haya pedido permiso y muchas veces, incluso sin que nos lo hayan impuesto. De ahí que me han llamado la atención sus 10 principios que transcribo y que, bien mirado, nos puede hacer cambiar el paso, respirar más profundamente y comprobar que se puede llegar menos cansado a muchas parcelas de nuestra vida:



DECÁLOGO DE LA FILOSOFÍA SLOW:

1) Cambia el reloj por la brújula. Llegarás a donde quieras dando menos vueltas; 2) Conviértete en el protagonista de tu propia historia; no te limitas a correr tras terceros protagonistas; 3) Aprende a conocerte, explora tus fortalezas y tus debilidades; 4) Prioriza, haz jerarquía de valores; 5) Saborea el presente: carpe diem; 6) Aprende a perder el tiempo: ganarás calidad de vida; 7) Dále tiempo al tiempo; la creatividad necesita su reposo; 8) Simplifica; suelta alguno de los pesados lastres que gratuitamente arrastras; 9) Sé paciente y perseverante, proactivo y no reactivo, y 10) Vive: sé positivo y ten sentido del humor.