
El título del disco corresponde a la calle de Londres donde el mítico grupo grabó casi todas sus canciones.
La portada ostenta un record de imitaciones, incluso por importantes grupos como The Red Hot Chili Peppers, y fue producto de la improvisación. Los cuatro Beatles aparecen en fila, como escenificando un cortejo fúnebre. John Lennon va vestido de blanco: es el predicador o sacerdote; Ringo va de luto, es el amigo del difunto; George Harrison va vestido con un ropa vaquera e informal: es el enterrador. Paul es el único de los cuatro que va descalzo y camina con los ojos cerrados. En muchas culturas orientales, los difuntos son quemados descalzos. Además, su paso está descoordinado respecto al resto de los Beatles, como si no perteneciera a la procesión.
Escuchando el disco uno entiende por qué The Beatles es un clásico: nunca defrauda.
Canciones como Come together o Here comes the sun te dejarán sin aliento si las escuchas por primera vez.
Si nunca has escuchado este disco, consíguelo y disfruta de buena música.
Si lo conoces, recuérdalo como homenaje a sus cuarenta años de existencia.
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